viernes, 23 de enero de 2015

EL ACCESO DE LOS CONSUMIDORES A LA JUSTICIA

De nuevo puedo compartir con vosotros la última publicación que he realizado para la Oficina de Información al Consumidor (OMIC) del Ayuntamiento de Zaragoza.

Este cuaderno divulgativo titulado "EL ACCESO DE LOS CONSUMIDORES A LA JUSTICIA. Los Derechos de los Usuarios en la Administración de Justicia" pretende informar al ciudadano de forma esquemática,  fácil y accesible,  en qué consiste la Administración de la Justicia y cómo está organizada, así como explicar los derechos que le asisten como usuario de estos servicios públicos.



sábado, 31 de mayo de 2014

ESTAR EN LA TIENDA PERO NO EN EL ESCAPARATE



Imagen de la película MEN IN BLACK

En una semana intensa en la que he asistido a varias jornadas con especialistas en varias materias sobre todo de Derecho de Consumo y TIC (pronto resumen en sus pantallas), hay un tema que me gustaría comentar, como ha hecho por otra parte, todo aquel que, como yo, siente cierta inquietud en cómo se solucionan  problemas “matando moscas a cañonazos”.


Me refiero a la ya tan conocida Sentencia del Derecho al Olvido (aquí texto completo) en la que GOOGLE ha sido declarada responsable del tratamiento de datos personales que se encuentran en su motor de búsqueda.


En un primer momento, me resultaba raro que tantas voces dieran por satisfactoria dicha decisión porque mi mente crítica me decía que no podía ser tan fácil.


Se ha dicho:

 David ha vencido a Goliat 
 Google, por fin, se tendrá que someter a la legislación europea
Un triunfo de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) frente al imperio Google 
"Ahora Google sabe que hay unas reglas"
Lo esperaba, es como luchar contra Dios”…

Tras la tormenta inicial de entusiasmo “interesado” vino la calma, …para mi tranquilidad. Y no es porque yo piense que todo vale, sino que, una sentencia no puede hacernos olvidar que como bien dice mi querida Susana González, letrada del ilustre Despacho de Abogados Carnicer y Zamora, (aquí podéis leer su estupenda opinión)  hay que ser prudentes.


Entonces ¿no tenía razón el Sr. Costeja? Pues me provocan muchas dudas el planteamiento del problema y las soluciones dictadas. Porque ya empieza a ser notable la dificultad práctica de llevar a efecto la pretensión.


Para el que no esté familiarizado con el caso (raro, pero puede ser) la cuestión consiste en una reclamación por parte de un ciudadano a Google para que no figurase, en el motor de búsqueda, su nombre  relacionado con la palabra “embargo” a raíz de un anuncio de subasta de un inmueble que compartía con su mujer, publicado en el periódico La Vanguardia en la página 23 de la edición del día 19 de enero de 1998. Al digitalizarse el periódico, años después, esta información podía ser accesible a todo el mundo y parece que al Sr. Costeja no le parecía oportuno. Decía “para Google sigo siendo deudor y casado”. 

Imagen del Blog:  derechoaleer.org




El mejor post que he leído "La inolvidable historia del embargo al moroso Mario Costeja González, ocurrida en 1998" y que, me parece, muestra fielmente la evolución del caso está en el blog DERECHO A LEER   (aquí)


Entonces, ¿se puede tener derecho a que tus datos personales no estén al alcance de cualquiera?  Parece que sí. Pero ¿cuáles? ¿sólo los que muestran de nosotros una imagen positiva? ¿los que figuran en Boletines Oficiales? ¿Y las noticias de prensa?... porque, queramos o no, no estar en Internet, cada vez más difícil tanto en el ámbito privado como en el personal.


Gran idea la que compartió la genial Ofelia Tejerina en la Jornada que organizó el ICAM para hablar de esta Sentencia el pasado miércoles 28 de mayo:

¿Estar en la tienda pero no estar en el escaparate? Me parece la mejor solución.


Me quedo con esto. Me parece legítimo no querer estar en el escaparate, es decir, no estar en los resultados que Google proporciona con la función de autocompletar. Es muy triste estar trabajando toda tu vida en una profesión donde la reputación es muy importante y que al teclear tu nombre aparezca a continuación un término negativo.  Y si no que se lo digan al Alcalde de Zaragoza, ex Ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, que cada vez que se teclea su nombre aparece asociado el adjetivo “borracho” o “cocainómano”. (Para saber más sobre Google Suggest aquí)



Pero ¿eliminar un dato concreto de tu vida que apareció “legalmente” en un anuncio?


¿Por qué confundir  la reputación online con el derecho al olvido? ¿Y si en vez de aparecer el nombre de este señor junto a la palabra “embargo” hubiese aparecido junto a una noticia que hablara de su excelente carrera profesional ?


¿Por qué no se trabajó su “marca personal” en vez de intentar borrar algo que se podría consultar off line si alguien hubiese tenido necesidad?


¿Qué será lo siguiente?


Creo que padezco síndrome de Estocolmo con Google y su equipo jurídico me convenció de la ponderación de derechos y que, el derecho a la información prevalece sobre el de protección de datos. Ojo! Siempre y cuando esos datos provengan de una fuente legal o se haya consentido en su publicación.



Ahí lo dejo.

lunes, 5 de mayo de 2014

LA PROTECCIÓN DEL DEUDOR HIPOTECARIO ¿SE LA MERECE?





Foto: @sonvalero
Vivimos una época difícil, y no tanto por la crisis económica que sufrimos (no es la primera ni será la última) sino porque ahora estamos interconectados y los problemas de unos son los problemas de todos y así, la información fluye en todos los sentidos, en especial, en Twitter, una red “altavoz” en la que se intercambian pareceres que, en algunos casos, necesitan ser aclarados en blogs para no aburrir al personal con diálogos incomprensibles.



Hete aquí que me hallo escribiendo estas líneas para ampliar un sentir que me parece difícil transmitir en 140 caracteres y cuyo origen está en una de esas condensadas breves charlas entre dos tuiteros. 




Sírvanse de antecedentes de la cuestión la presentación como positiva por parte de @A_MdeSantos de la nueva postura adoptada en Europa en relación a la interpretación de la Directiva 93/93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, y los principios del derecho de la Unión relativos a la protección de los consumidores y al equilibrio contractual ("No cuela en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea la posturita en defensa del consumidor" aquí  podéis leer el post completo) y la calificación de "listillos" respecto a los que firmaron sin leer o sin entender determinadas cláusulas contractuales. Ayer mismo se publicó un segundo post: "Un barquito llamado “dignidad” (segunda parte de la posturita en defensa del consumidor)" (aquí  teneis el texto) y que parece responder a mi indignación.




Como bien dice mi admirado “profesor” Eugenio Ribón, mientras en Europa ya se legislaba en favor del consumidor, en España disfrutábamos de Manolo Escobar. Y es que la protección del consumidor, como sujeto específico de derechos, merecedor de una singular protección, es más bien próxima sin que alcance el siglo de historia. No son nuevos los contratos, no son nuevas las compras a plazos, ni siquiera son nuevos los préstamos hipotecarios… lo que ha cambiado es que la buena fe ya no imprime esos negocios y que si “te la pueden colar, te la cuelan” y ahora lo sabemos.



España tiene una historia peculiar. No tuvimos Revolución Francesa y, eso, como dice mi padre, nos ha marcado mucho. Además la “picaresca” española haberla hayla.

Pero, para eso están los poderes públicos, o eso dice el artículo 51 de nuestra Constitución, quienes “garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos”. Y esto mec! ha fallado en el tema hipotecario.



Porque ¿acaso es responsable aquel que decidió comprar una casa para tener un H-O-G-A-R digno en un momento en el que tenía dinero para pagarla? ¿acaso es responsable aquel que, para comprar esa casa, de 40, 50, o 200 m2, tenía que pedir un crédito que en ese momento sí podía afrontar, porque tenía trabajo? y ¿cuánto valían las casas…150.000€, 200.000€, 300.000€? Según el Banco, claro, porque ¿quién tasaba las viviendas?



De acuerdo que nos la colaron. Porque si alguien quería comprar una casa, el Banco hacía la tasación y, en función de ese valor, concedían la hipoteca. La casa decían que valía 200.000€ y me daban 200.000€. El dueño de la vivienda (particular o promotor) contento, el Banco contento, y el comprador/deudor contento. Todos contentos.



Pero, ha llegado la “crisis”. Un estado mental que lo ha invadido todo como la Nada que arrasaba Fantasía en “La historia interminable”. Y lo primero que se ha llevado por delante es el trabajo de aquellos que un día quisieron comprar una casa porque la podían pagar.



¿Alguien cree que si todos los que ahora están en problemas de impagos de hipotecas tuvieran el mismo trabajo y siguieran cobrando lo mismo, estaríamos en la situación en la que estamos, con ejecuciones hipotecarias? No. Porque nadie quiere dejar de pagar su casa. Lo que pasa es que no se puede. Y esto hay muchos que no lo entienden. Sí fueron listillos para comprar una casa pero no tienen la culpa ellos sino otros que han especulado, y siguen especulando, con un bien de primera necesidad.



Y vuelvo al tema de la protección de los consumidores. Las críticas que se vierten contra la llamada “sobreprotección” del consumidor me recuerda, y ya lo he dicho en otras ocasiones, a la falta de sensibilidad que había hace algunos años respecto a la violencia de género.



Me gusta leer prensa histórica y llama mucho la atención cómo se trataban los asesinatos de las mujeres en manos de sus parejas en el último siglo y medio. Se hacían hasta chistes que ahora nos ponen los pelos de punta.



Pues, lo mismo sucede con los derechos del consumidor. No, no existe autonomía de la voluntad de las partes cuando se contrata un préstamo hipotecario. No, no hay justo equilibrio cuando se firma un contrato incomprensible hasta para juristas expertos. Y no, los poderes públicos, no están defendiendo los intereses económicos de los consumidores.



Claro que fueron listos los que no sucumbieron a los cantos de sirena de los Bancos que les ofrecían chalets de lujo al precio de un 3º sin ascensor. Claro que fueron listos los que tuvieron la suerte de heredar un piso de sus padres y lo mantuvieron sin comprar una segunda vivienda mediante una hipoteca que pagaban con las cuotas de alquiler del viejo piso heredado…. Claro…pero es que la solución hay que darla ahora y si el procedimiento de ejecución hipotecaria es injusto, pues lo es. Y si hay que cambiar la legislación hipotecaria española porque nos lo dice un Tribunal Europeo, más intolerante con las cláusulas abusivas, que el nacional, pues se cambia. Y si los Bancos tienen que ganar un poco menos pues que ganen un poco menos porque ya está bien de que nos tomen el pelo.



Y también es una opinión.

sábado, 3 de mayo de 2014

CONSEJOS A UN CONCEJAL



Carta a un concejal recién electo en 1887. Dice algo así....
    «No cambies de carácter, dice la carta, ni de trato cuando te veas elevado a los sillones del Ayuntamiento, porque es muy frecuente que los que más alardean de liberales, se convierten en déspotas, y reciben a sus vecinos con humos y malas maneras, y por lo mismo se captan antipatías, muy merecidas, de todo el mundo.

    No empieces tu carrera municipal con grandes proyectos, discursos y ruidos, porque la justicia de Enero se acaba pronto, y para nadie sirve y es preferible que tomes el pulso a las cosas, que estudies a tus compañeros, que medites tus planes y que no levantes un pie sin tener el otro bien afirmado.

   No seas de los que oyen, ven y callan, porque para hacerlo así, bien estabas en tu casa, de simple particular.

   Abre bien los sentidos; mira que hay quienes arrastran con la atracción de su palabra y precipitan a las gentes en tan hondos abismos, que es luego muy difícil el salir de ellos; a lo menos conforme entraron.

   Ten conciencia de tus actos, no vayas nunca de reata, que no hay mayor pobreza ni esclavitud que la del entendimiento.

   Sé el primero y el más escrupuloso en pagar las cargas de vecino, y no dilates este cumplimiento, porque con tal garantía de moralidad, serás como un espejo, en que se mirarán todos para imitarte.

   Pon todo tu valor y talento en las arcas del tesoro municipal, para que esté bien cuidado, porque como de tejas abajo, el dinero es, por desgracia, el alma del mundo, un municipio mal administrado es como un hombre de alma insuficiente y torcida, del que nada bueno se puede esperar. No te olvides un solo momento de lo mucho que cuesta a los vecinos el ganar lo que se les exige del tributo, y en cada peseta del erario público procura ver las muchas privaciones y amarguras que ha costado el ganarlas.

   Por esto mismo te recomiendo que el principal estudio que has de realizar, mientras estés en el consejo, ha de ser el de ver, si reduciendo prudentemente los gastos de la población y los tributos del Estado, puedes reducir también las contribuciones que os satisfaga el vecindario. Ya sé que administrar barato es muy difícil, pero también entiendo que no es imposible si se tiene decisión, prudencia y talento.

   Cuida mucho de los pobres, que no tendrán más amparo que el vuestro; y economiza frivolidades de lujo en verano, para que no les falte pan y abrigo en el invierno.

   Dedica a la instrucción de la juventud cuantos recursos puedas, porque si lográis hacerla digna y bien educada, evitareis grandes males y la ciudad te bendecirá.

   Persigue la inmundicia y el abandono, que son las verdaderas epidemias que constantemente aniquilan a los pueblos.

   Ten mucha cuenta de la calidad de lo que se vende para comer y beber, porque de descuidarlo nacen muchos inexplicables males, que poco a poco llenan los cementerios.

   No molestéis al vecindario con frecuentes leyes; estudiad una buena que no sea ni tirana ni muy holgada, y no dejéis de hacerla cumplir ni un solo día.

  Procura, aunque canses a todos los centros y poderes, aumentar los elementos de vida y los recursos de la ciudad, sin perder ni uno solo, ya que el que no adelanta, atrás se queda.

   No alientes con tus actos las discordias del vecindario, sirviendo a intereses personales, siempre ruines; antes bien emplea tu autoridad y tu influencia para apaciguarlas, y en hacer entrar a todos en el camino de la justicia y de la mutua consideración.

   No comas nunca ni una sola migaja pagada por el municipio, porque harás de menos a la mesa de tu casa y porque todos los vecinos te lo apuntarán en cuenta.

   No te sirvas de los dependientes del concejo, sino de los tuyos, porque aquellos los paga la ciudad para que le sirvan a ella. Trátales, no como a criados, sino como a dignos funcionarios, a los cuales deberás tal vez el puesto que ocupas. Considera a la casa del concejo como transparente y sagrada; no hagas dentro de ella, nada que no puedas hacer en medio de tu honrada familia.

   Busca el consejo de los hombres entendidos y no tendrás nunca que arrepentirte de tus acciones.

   Mientras te dure tu cargo no muevas un ladrillo de tu casa, ni añadas un palmo a tu hacienda.

   Ayuda a tus compañeros de municipio en sus buenos propósitos, sin emulación alguna y hazte respetar de ellos por tu integridad y ejemplar conducta.

   Toda la actividad que ahora despliegas para ser elegido, consérvala luego para acudir a tu puesto, en el cual no debes faltar un solo día; es decir, no seas águila al empezar el vuelo y ganso al continuar tu carrera.

  Aunque ahora en tu batalla, encuentres muchos enemigos, perdónalos después del triunfo, que nunca el rencor ni la venganza se alberguen en pechos decentes.

   Oye y atiende a todos desde tu puesto, y si alguna vez te inclinas al favor, que sea siempre en pro de los necesitados.

   El cargo que vas a desempeñar es una carga; llévala con paciencia por todo el tiempo que la ley lo ordene, pero no insistas sostenerla más adelante; porque los esfuerzos exagerados concluyen a la postre con el cuerpo y con el alma. Si lo haces bien, que te imiten los que sucedan; y si lo haces mal, no insistas en tal pecado».

Este delicioso texto lo encontré en la web de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

La España Regional. Año II Tomo III 1887 Páginas 563 a 565. Ministerio de Cultura.